Historia del Instituto

                           

Sobre la base del Departamento de Música, que funcionaba en la Academia de Bellas Artes e Idiomas «Josefina Contte» desde el año 1906, las autoridades de educación, en un momento concreto de la historia correntina, en cuanto a sistematizar la educación musical se refiere, organiza un conjunto de prácticas educativas musicales, reformando la oferta de manera tal, que adquiriera relevancia, a la vez que respondiera a las demandas educativas que la problemática social exigía.
El nuevo producto cultural se define en el año 1971, con la creación del Instituto Superior de Formación y Capacitación Musical (con vida propia independizado de la Academia «Josefina Contte») atendiendo una perspectiva pedagógica diferente:
a) Organización de cursos para la Iniciación Musical.
b) Planes de estudios para un profesorado secundario con especialidades instrumentales.
c) Conformación de Licenciaturas, en todos los instrumentos a excepción de piano.
d) Organización de un Curso de Capacitación a término, con una duración de dos (2) años y por única vez, para los egresados de escuelas de música parasistemáticas.
Esta estructura académica no tuvo el éxito esperado, por el desarrollo ambulatorio de las actividades, debido a:
a) La carencia de edificio adecuado propio.
b) Las exigencias de nuevas orientaciones para la enseñanza y el aprendizaje musical.
c) Las diferentes perspectivas de salidas laborales.
d) Las disímiles inclinaciones vocacionales musicales.
No obstante lo señalado, hubo una promoción aunque exigua de egresados como Profesores secundarios con especialidad instrumental y otros con Certificado de Capacitación Docente Musical.
En el año 1979 se inaugura el edificio, que pasaría a constituir la sede definitiva del Instituto Superior de Música, oportunidad en que se lleva a cabo un análisis evaluativo de todo lo actuado, reorganizándose el Plan anterior, creando carreras que cubrieran las necesidades de musicalización del niño. la formación del docente musical correntino y las posibilidades de prácticas de conjunto instrumentales y vocales. Se dota además a la Institución de recursos didácticos, bibliográficos y tecnológicos de avanzada y específicos a la enseñanza que se imparte.
El nuevo perfil se lleva a cabo en el año 1980, previa capacitación de la planta funcional docente, la que acusó un movimiento parcial de profesores. Esta situación dio lugar a la cobertura de cátedras vacantes, echando mano a nuevos profesores que no habían sido capacitados para la acreditación.
En estas condiciones se produce la puesta en marca de la nueva organización académica, la que ordena las competencias ofrecidas graduándolas articuladamente así:
a) Como pre-requisito para iniciar estudios terciarios, no universitarios, con una duración de cinco (5) años, la CAPACITACIÓN INSTRUMENTAL Y/O VOCAL.
b) Para el desempeño docente, a nivel primario y medio, con una duración de cuatro (4) años, el MAGISTERIO DE MÚSICA.
c) Para el desempeño docente a nivel superior, con una duración de dos (2) años, el PROFESORADO EN EDUCACIÓN MUSICAL.
Las competencias ofrecidas en cada uno de los estratos apuntados, constituyen el pre-requisito para proseguir con el siguiente, pudiéndose aprobar en condición de alumnos, únicamente las asignaturas de Capacitación (el Magisterio y el Profesorado debían cursarse en condición de alumno regular).
Al margen de la estructura precedente, se atendieron actividades complementarias para la práctica de conjunto instrumental (Orquesta) y vocal (Coro) y se habilitaron Cursos vocacionales compendiados.
Asimismo se ordena la oferta de un Plan de Estudio, para Maestros de Música en ejercicio sin título docente y se considera las causales de desgranamiento y abandono (cumplir estudios generales en un establecimiento y musicales en otro), dando como resultado la creación de un Bachillerato Común, con orientación musical (B. O. M.) y especialidades instrumentales, bachillerato que se inicia en el año 1984.
Este desarrollo académico se enfrenta con las exigencias y los nuevos enfoques contemplados en la Ley Federal de Educación (N° 24.195) del año 1995, cambio que obliga a ordenar nuevamente la estructura académica del Instituto, tratando de ofrecer actividades educativas musicales a corto, mediano y largo plazo, cuidando que el Instituto de Música sea un ámbito de reflexión, de estudios, de análisis, de investigación, sin perder de vista el cruce de prácticas para construir su propio proyecto de vida institucional.
El desafío afronta alumnos mediatizados por prácticas sociales y económicas, que si bien otorgan posibilidades, también confieren limitaciones.
Entre las problemáticas reales se apuntan:
•  la escasez de docentes especializados en las diversas disciplinas instrumentales, con título oficial, tanto en el ámbito provincial como en la zona de influencia;
•    no comprender que la formación musical debe comenzar desde la más temprana edad, para progresivamente ir capitalizando las destrezas propias de la ejecución instrumental y/o vocal.
Ambos problemas potencian el entender y el racionalizar la función social de la Institución, afectando ideológica y económicamente el entorno socio-comunitario.